Lesiones deportivas en niños y jóvenes

Lesiones deportivas en niños y jóvenes

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Francisco Metivier, junto a su padre Rafael Metivier (izq.) y el Dr. Craig Spurdle, cirujano pediátrico de medicina deportiva del Miami Children’s Hospital. Michelle Kanaar / FOR THE MIAMI HERALD
MÁS INFORMACIÓN Consejos para prevenir lesiones deportivas: Cada niño que participa en un deporte debe primero someterse a un examen físico exhaustivo. Establezca una buena rutina de acondicionamiento físico antes de participar en un deporte, idealmente dos meses antes de que comience la temporada. Hidratarse, hidratarse, hidratarse. No practique su deporte favorito durante todo el año. Tome tiempo para descansar los músculos. Haga entrenamiento múltiple (cross-training), y evite hacer la misma actividad todos los días. Entrenamiento de fortalecimiento y acondicionamiento. Esto no significa levantar pesas. Los preadolescentes deben comenzar el entrenamiento de resistencia con pesas livianas y repeticiones múltiples. Siempre que sea posible agrupe a los niños por habilidades atléticas y peso en vez de hacerlo estrictamente por edad. Siga las guías para la intensidad del juego recomendadas por el Instituto Americano de Medicina Deportiva. Esto es particularmente importante para ciertas posiciones deportivas tal como lanzador en el béisbol. Busque ayuda inmediata en caso de una lesión. Visite stopsportinjuries.org para información específica sobre un deporte escrita por expertos. Otra página cibernética con buena información es safekids.org

ANA VECIANA-SUAREZ

AVECIANA@MIAMIHERALD.COM

Francisco Metivier tenía 12 años cuando, durante una práctica de fútbol, sufrió una lesión en la parte interior de la pierna.
“Escuché un estallido, como un ruido fuerte y me desplomé”, recuerda Francisco quien ahora tiene 14 años. “El dolor fue horrible. No me podía levantar”.
Francisco sufrió un desgarre en el ligamento anterior cruzado o ACL (por sus siglas en inglés), uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla y otro desgarre en el menisco. Para reparar el daño fue sometido a una cirugía en el Miami Children’s Hospital. Luego tuvo que asistir a terapia de rehabilitación tres veces a la semana durante un año. Tres meses después de la última sesión oficial de terapia física, el estudiante de octavo grado de Doral Academy, lleva una rodillera y ha vuelto a jugar baloncesto con los amigos del vecindario.
Al igual que Francisco, millones de niños se lesionan practicando algún deporte. Mientras más niños se inscriban en algún equipo –30 millones según la Sociedad Americana de Ortopedia de Medicina Deportiva– mayores son las probabilidades de que uno de estos atletas sufra una lesión.
Más de 3.5 millones de niños menores de 14 años reciben anualmente algún tipo de tratamiento médico para lesiones deportivas. A nivel de escuela superior, los atletas representan un estimado de dos millones de lesiones, 500,000 visitas al médico y 30,000 hospitalizaciones cada año.
“Cada vez son más jóvenes los atletas que vemos. Esto se debe a que muchos de ellos están sobrepasando los límites de su cuerpo y practican algún deporte que no es recomendado para esa edad”, dice el Dr. Craig Spurdle, cirujano ortopeda del Miami Children’s Hospital.
¿El resultado? Las lesiones por sobreuso que los médicos veían antes solo en adultos son ahora más comunes entre niños.
Otro hecho que afecta a los atletas jóvenes especialmente en lo que se refiere a los huesos y las coyunturas es que cada vez más y más niños se están “especializando” en un deporte en vez de practicar varios. Antes un atleta cambiaba de deporte según la temporada: jugaba fútbol en otoño, baloncesto en invierno y béisbol en la primavera. Ahora se mantienen sólo en uno.
“Los niños participan no solo de un deporte específico sino también de una posición específica”, dice el Dr. John Zvijac de Doctors Hospital Center for Orthopedics & Sports Medicine (Centro para Ortopedia y Medicina Deportiva del Doctors Hospital). “Cada vez son menos los que juegan posiciones múltiples, por lo tanto estos niños acaban utilizando los mismos músculos una y otra vez”.
Este uso repetido puede provocar estrés y causar lesiones. Tony Millian, director del Programa de Medicina Deportiva U-18 del Children Hospital Joe DiMaggio en Hollywood, comenta que esto es evidente en el sur de Florida, donde muchos niños practican un deporte a través de todo el año sin tomar el tiempo necesario para descansar los músculos.
“Aquí en el sur de Florida somos únicos debido al clima”, añade. “Si los niños practican béisbol, lo hacen los doce meses del año”.
Las lesiones por sobreuso son responsables de cerca de la mitad de las lesiones deportivas en los estudiantes de escuela intermedia y superior. Pero, muchas de estas lesiones, que se pueden prevenir fácilmente, son a menudo ignoradas, ya que una lesión causada por sobreuso “se desarrolla lentamente a través del tiempo debido al estrés que causa la repetición en los tendones, músculos, huesos o coyunturas”, de acuerdo con la campaña de lesiones deportivas STOP (por sus siglas en inglés, Sports Trauma and Overuse Prevention), una iniciativa de base de la Sociedad Americana de Ortopedia de Medicina Deportiva (American Orthopaedic Society of Sports Medicine).
“Están jugando con dolor”, dice Spurdle del Miami Children’s Hospital. “Quieren ayudar al equipo pero al final, lo que hacen es empeorar una lesión pequeña que podía haberse tratado con descanso y rehabilitación”.
Por supuesto, los expertos en medicina deportiva ven también una cantidad de lesiones agudas. Por ejemplo, el desgarre ACL (desgarre en el ligamento anterior cruzado) de Francisco no es poco común, particularmente en algunos deportes. El Dr. Zvijac, del Doctors Hospital en Coral Gables, ve ese tipo de lesión en jugadores de fútbol y baloncesto a causa de la forma en que colocan y tuercen los pies. Añade que las lesiones de rodilla son también mayores en las niñas que en los niños. Debido a como están formadas, las rodillas de las niñas tienden a hiperextenderse y un aterrizaje incorrecto luego de un brinco puede causar una lesión.
Algunas lesiones son más frecuentes en determinados deportes. Las lesiones en las extremidades inferiores, desde un desgarre ACL hasta fracturas y torceduras de tobillo, son más comunes en deportes como el fútbol y el balompié.
Las cheerleaders, por ejemplo, sufren más de lesiones de espalda y los jugadores de tenis y béisbol de las extremidades superiores.
Las contusiones son también un problema y pueden tener efectos serios a largo plazo, especialmente para atletas jóvenes, debido a que, de no tratarse, el cerebro en desarrollo puede sufrir un daño cognitivo permanente.
Gillian Hotz, codirectora del Programa de Contusión de la Escuela de Medicina Miller en la Universidad de Miami, dice que las contusiones son más frecuentes en los jugadores de fútbol y balompié, aunque también afectan a jugadores de lacrosse y hockey.
Los atletas, padres y entrenadores están más alertas sobre los síntomas y la necesidad de tratamiento inmediato para cualquier contusión, ya que son consideradas lesiones traumáticas del cerebro. Hotz dirige un grupo de trabajo especializado en contusión (Concussion Task Force) a nivel estatal que impulsó una ley en Florida que es efectiva desde julio del 2012. Esta nueva ley requiere que los entrenadores y atletas reciban adiestramiento antes del comienzo de cada temporada y que la recuperación completa sea documentada por un médico antes de que los atletas lesionados puedan volver al campo de juego.
“Es muy importante que los niños conozcan los síntomas”, añade Hotz. “Porque si no le informan a un adulto (sobre dolores de cabeza, mareos y visión nublada), no recibirán tratamiento”.
Varias organizaciones a nivel nacional han desarrollado campañas para crear conciencia sobre las lesiones deportivas y la seguridad en el juego y los entrenamientos. Los hospitales de área también han institucionalizado educación especializada y programas de rehabilitación dirigidos a niños.
El Miami Children’s Hospital cuenta con el programa Jump for Return to Sports, dirigido a ayudar a pacientes jóvenes como Francisco, que han sufrido desgarre en el ligamento anterior cruzado (ACL), a que regresen a practicar el deporte de forma segura reduciendo el riesgo de otras lesiones. Un 25 por ciento de los pacientes de cirugía ACL sufren una segunda lesión de este tipo así como lesiones secundarias en la rodilla. El programa JUMP utiliza un programa especial de calentamiento, entrenamiento neuromotor así como entrenamientos de agilidad y resistencia para aumentar la fuerza general de la pierna, mejorar el balance, la agilidad y la mecánica del salto.
“Debemos fomentar el atletismo. Pero también debemos mantenerlos seguros”, dice Spurdle.

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