Cinco motivos para acudir a fisioterapia sin estar lesionado
01 de marzo de 2013 | 10:01 CET
Miguel López
Cada vez más es más conocida la actuación de los fisioterapeutas cuando ocurren lesiones deportivas. Es más, en la mayoría de los casos, la fisioterapia es un requisito necesario para que la recuperación sea completa, eficiente y que los efectos se mantengan en el tiempo. Sin embargo, es interesante destacar también la labor preventiva de la fisioterapia. Por eso os propongo estos 5 motivos para acudir a sesiones de fisioterapia sin estar lesionados.
Con lo de “acudir a fisioterapia sin estar lesionado“ me refiero no ya al estado completo de salud entendido como ausencia de enfermedad (algo que prácticamente no existe, siempre hay alguna que otra dolencia), sino a que sujetos fundamentalmente sanos, sin patologías o lesiones limitantes, acudan al fisioterapeuta a recibir consejo, sesiones preventivas o entrenamiento específico para reducir el riesgo de lesión. Aquí vamos con las propuestas:
Consejos de salud: Es una labor interesante que a veces no se utilizar por la necesitad, tanto del paciente como del profesional, de que el fisioterapeuta “tiene que poner las manos encima o dar masaje” para realizar el tratamiento. Pero la información de salud también es una labor muy importante de los fisioterapeutas. A algunos tal vez les parezca descabellado acudir a un fisioterapeuta a preguntarle si está haciendo algo mal que aumente el riesgo de lesión, si es correcta tal actividad física para su caso particular o qué tipo de ejercicio complementario le puede venir bien para aliviar sus dolencias. Ésta información es muy valiosa, y es ideal que se pueda dar en persona a sujetos sanos, antes de sufrir una lesión que requiera un tratamiento largo y complicado.
Entrenamiento específico: Con la ayuda de un fisioterapeuta (mejor si está especializado en lesiones deportivas) podremos realizar ejercicios específicos para fortalecer aquellas zonas más dadas a lesiones, según la actividad que se practique. Por ejemplo, entrenamiento específico de tipo propioceptivo de tobillos y rodillas, para futbolistas, esquiadores, saltadores y todos aquellos que practiquen ejercicio intenso con riesgo de lesión de estas zonas.
Medidas preventivas: Según el ejercicio o actividad que se practique, el fisioterapeuta puede recomendar, por ejemplo, vendajes para cuidar tobillos en futbolistas o practicantes de artes marciales, vendajes de dedos para escaladores, pautas para aplicar frío o calor cuando existe una lesión leve y otro tipo de medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de lesión y mantener un buen nivel de rendimiento.
Técnicas pasivas: Lo mejor de la fisioterapias son las técnicas activas, es decir, aquellas en las que el sujeto participa realizando un ejercicio para mejorar su estado de salud. Sin embargo, las técnicas pasivas son también muy útiles. Por ejemplo, ejercicios de movilidad, estiramientos, o masaje para relajar la tensión de los gemelos o la región lumbar, o bien de otras regiones, dependiendo del ejercicio practicado. Si estas técnicas se realizan antes de que el dolor sea un problema limitante (hablamos de un dolor de origen muscular o articular principalmente) pueden garantizar una disminución del riesgo a sufrir una lesión que requiera un tratamiento más largo.
Derivación a otros profesionales: Como profesionales sanitarios, los fisioterapeutas son capaces de atender una serie de problemas, o de prevenirlos. Pero también es muy útil su capacidad para derivar a otros profesionales, según las necesidades de la persona. Ya sea a otros profesionales sanitarios, o bien a entrenadores personales o centros deportivos, para que el asesoramiento de la persona en cuanto a ejercicio y salud sea lo más completo posible.
En definitiva quiero resaltar que, al igual que en otras profesiones sanitarias, la prevención es más ventajosa que la curación. Se me ocurre la comparación con los dentistas, ya que es más práctico, fácil y también económico acudir al dentista con regularidad antes de que haya un dolor que no nos deje ni comer. Las medidas preventivas ayudarán a que los daños sean mucho menores. Con la fisioterapia pasa igual: no está de más acudir a recibir información, asesoramiento, tratamiento y entrenamiento antes de sufrir una lesión que nos deje un tiempo en el dique seco, y que tal vez podríamos haber evitado (o reducido su alcance) aplicando las medidas correctas.
Imagen | www.guigo.eu
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